
Honorables miembros de la Corte Internacional de Justicia Real de la Gente
Distinguidos representantes y autoridades presentes,
Ciudadanos de San Rafael, Mendoza, Argentina, y comunidad internacional conectada a este acto histórico,
Hoy, 2 de octubre de 2025, nos congregamos en este recinto sagrado con la profunda convicción de que la justicia es una responsabilidad colectiva y urgente, no solo una aspiración. Nos impulsa el deber de afrontar, con verdad y coraje, las sombras que durante décadas han empañado las esperanzas de paz y dignidad de millones de seres humanos.
La resolución que hoy presentamos trasciende ser un mero documento jurídico; es la voz de la conciencia universal que exige el fin de la impunidad, la manipulación y la violencia sistemática. Representa la culminación de años de investigación, testimonios desgarradores, informes internacionales y la lucha incansable de pueblos que han padecido la crueldad de la guerra, el terrorismo y el endeudamiento impuesto por intereses ajenos a la vida y la libertad.
Nuestra presencia aquí no es para señalar culpables por motivos ideológicos, religiosos o culturales. Venimos a condenar, con fundamentos verificables y en estricto apego al derecho internacional, la complicidad de sistemas que han permitido y perpetuado crímenes de lesa humanidad, apartheid, desplazamiento forzado y corrupción financiera. Exigimos que gobiernos, corporaciones y bancos cesen de lucrar con el dolor ajeno, y que la comunidad internacional asuma su deber de proteger a los inocentes y sancionar a los responsables.
Cada artículo de esta resolución está sólidamente respaldado por pruebas, tratados y principios reconocidos por las más altas instancias jurídicas y humanitarias del mundo. Ante el sufrimiento humano, no hay espacio para la indiferencia ni la neutralidad. La historia juzgará a quienes callan, pero también honrará a quienes actúan con valentía y rectitud.
Convocamos a todos los presentes y a quienes nos escuchan globalmente a unirse a este llamado. A exigir transparencia, reparación, educación para la paz y la depuración de toda estructura que promueva el odio y la manipulación. A defender la verdad y la justicia, conscientes de que cada paso que damos hoy es una semilla de esperanza para las generaciones futuras.
Que este acto sea recordado como el día en que la gente, unida en dignidad y razón, decidió poner fin a la complicidad y abrir el camino hacia una paz justa y duradera.
Muchas gracias.
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